🌱 1. La marca personal empieza con tu historia
Tu marca personal no se crea, se descubre.
No necesitas inventarte un personaje ni fingir ser algo que no eres.
Empieza por preguntarte:
- ¿Qué te trajo hasta aquí?
¿Qué valores te definen?
¿Por qué haces lo que haces?
Las personas conectan con personas, no con logos. Cuando compartes tu historia con honestidad, creas empatía y credibilidad.
💬 Ejemplo: Un diseñador que cuenta cómo empezó a crear para ayudar a pequeños negocios inspira más confianza que uno que solo publica su portafolio.
- No puedes hablarle a todos. Tu marca personal debe tener un público claro, una comunidad con la que compartas propósito o intereses. Hazte estas preguntas: ¿A quién puedo ayudar con mi experiencia? ¿Qué problema puedo resolver?
- ¿Cómo quiero que me recuerden? Cuanto más específico seas, más fácil será que las personas correctas te encuentren y digan: “esto es justo lo que necesitaba”.
💡 3. Comparte valor, no solo contenido
- El error más común es publicar por publicar. Tu contenido debe educar, inspirar o resolver un problema, no solo mostrarte. Una buena estrategia es aplicar la regla 70/20/10: 70% contenido de valor (tips, aprendizajes, experiencias) 20% contenido personal (para mostrar quién eres) 10% contenido promocional (servicios, productos, logros) Así logras que tu audiencia confíe primero en ti y compre después.
- Vender sin parecer que vendes es un arte. La clave está en mostrar los beneficios de tu trabajo a través de historias reales: casos de éxito, testimonios o transformaciones. Cuando la gente ve resultados, no siente que le están vendiendo, sino que le están mostrando una posibilidad. Recuerda: la confianza se gana compartiendo, no convenciendo.
